Cambios

Las familias son toda una sorpresa.
No hay ninguna igual, aunque muchas se parecen.

Ahora en casa somos 4: mamá, Carlos, yo y Lucas, mi perro. Hacía tiempo que mamá y papá se habían separado, tenían bastantes desacuerdos, así que un día decidieron comprarse apartamentos separados y verse muy de vez en cuando. Yo ya me he acostumbrado. Me divierte eso de ir de un sitio para otro y no saber qué tiene pensado hacer papá los fines de semana que me quedo con él. Suele ser bastante excitante porque papá es una persona muy espontánea y sorprendente.

El 2º cambio en mi familia vino cuando mamá decidió, después de haber consultado conmigo previamente, que Carlos podía trasladarse a vivir a nuestra casa. Carlos es el nuevo novio de mamá, se conocieron en un curso – taller de esos que hace mamá en su tiempo libre, y ya llevan juntos bastantes años. La verdad es que a mi me cae bien y me ha regalado un perro, así que me cae aún mejor.

Pues como dije antes, ahora somos 4 en casa: mamá, Carlos, Lucas y yo.

Esta mañana, en el desayuno, mamá me ha dicho que se avecinan nuevos cambios par la familia, cambios que me afectarán y que hay que afrontar pero que, al fin y al cabo, serán positivos.
No debió habérmelo dicho en ese momento, no teníamos demasiado tiempo para charlar porque yo me tenía que ir al cole corriendo, así que estuvo mal porque me dejó preocupado todo el día y no pude concentrarme ni en clase ni en el patio a la hora de jugar.

Fernandito se acercó a mi en el recreo para ver qué me pasaba. Le conté lo que mamá había soltado en la mesa a la hora del desayuno.

-Uhhh!, pues espérate lo peor!! – me dijo. – Mi mamá hace cosa de un mes me dijo lo mismo. El otro día fuimos a comer con una amiga suya que desde hace tiempo le ha salido un bulto en la barriga y que cada vez se le hace más grande!. Yo creo que le va a salir un monstruo gigante de ahí dentro y que se la va a engullir de un momento a otro!!!. Lo peor es que mi mamá me dijo que a ella le va a suceder lo mismo y no entiendo como puede estar tan contenta! -

-¿Y tú cómo lo llevas? – Le pregunté.
A lo que Fernandito respondió:
- Bueno, cuando me di cuenta de que era un monstruo el que se estaba apoderando de mi mamá, no me importó demasiado. Ya sabes que mi mamá es una pesada, siempre me está castigando! , así que pensé que si el monstruo se la comía, podría ser todo mucho más divertido…Pero ahora no pienso lo mismo. ¿Y si a ese monstruo no le llega con comerse a mi mamá y viene a por mí también? . Eso ya no es tan divertido, además, al fin y al cabo, prefiero que mi mamá siga en casa con nosotros, al menos a ella ya me la conozco… -

Me quedé pensando en todo lo que Fernandito me había contado a cerca de su familia. Estaba claro que ninguna familia es igual a otra y que, igual a mi mamá no le pasaba lo mismo y se trataba de un cambio distinto.

Me fui a casa. Allí estaba mamá toda sonriente. Yo estaba intrigadísimo, excitado e inquieto. Necesitaba saber qué era lo que iba a pasar.

De repente, mamá, después de dar muchos rodeos, me dio a entender que algo estaba creciendo en su barriga, que pasaría un tiempo, unos 9 meses, hasta que le saliese de ahí adentro y que, cuando llegase el momento, yo me tendría que comportar como un “niño mayor” ya que iba a asumir un nuevo cambio y una responsabilidad muy importante en mi vida.

Noooo!, Fernandito tenía razón!!!, pensé. A mamá le estaba creciendo un monstruo en la barriga, se la iba a comer y yo iba a tener que hacerme cargo del resto de la casa y mi familia. Todavía no estoy preparado para tanta responsabilidad!!.

Durante los 9 meses restantes, Fernandito y yo entrenábamos y ensayábamos estrategias de lucha y combate en el patio del cole y después de clase, en el parque, en casa, en el garaje... para que cuando a cada uno le llegara el momento, pudiéramos luchar contra el monstruo gigante, vencerlo y salvar así a nuestras mamás y recuperar la estabilidad en nuestra familia.

Ocho meses después de la “gran noticia”, Fernandino me llamó un día por teléfono y me dijo que la cosa enorme ya había salido del vientre de su mamá y que no era precisamente un monstruo peludo, horrible y gigante. Que nos habíamos equivocado.

Aquella cosa era algo que se le parecía, pero mucho más pequeño, de color rosa y con la piel muy arrugada; me dijo que chillaba como un monstruo, pero que resultaba totalmente inofensivo.

Desde ese momento me tranquilicé y me mantuve a la espera de que mi mamá terminara su cuenta atrás: 4 semanas, 3 semanas, 2 semanas, 1 semana… Seguía estando inquieto y excitado pero esta vez porque ya sabía que algo bueno iba a suceder, el tercer cambio en mi familia sería la llegada de mi hermano Pablo.

One day...

Atrapada

Niño pregunta, ella responde.

- ¿ y tú qué eres? -
- Pueees, yo soy contable -
- ¿y qué haces?-
- Cuento -
- ¿y qué cuentas? -
- Cuento los años, los meses, los días, las horas, los minutos y los segundos. -
- ¿y por qué cuentas los años, los meses, los días, los minutos y los segundos? -
- Para saber cuánto tiempo pasa. -
- ¿y para qué quieres saber cuánto tiempo pasa? -
- Para saber todo lo que puedo hacer con él-
- ¿ y qué haces con él?-
- Nada -
- ¿y si no haces nada con el tiempo que cuentas, no sería mejor contar las nubes, los cometas y las estrellas?-
- No-
- ¿por qué no?-
- Porque las nubes, los cometas y las estrellas no me pertenecen.
Lo único que tengo es tiempo-

llueven huevos